Información
en la salud
Debe hacerse siempre según los
hallazgos, las necesidades identificadas en la consulta y las
inquietudes o necesidades expresadas por el niño o su
acompañante. Se recomienda tener en cuenta información
sobre prácticas de crianza protectoras y basadas en derechos,
prevención de violencias, promoción de la salud, del
bienestar, del crecimiento, del desarrollo, de la adecuada
alimentación, de prácticas para la adecuada
manipulación de alimentos y prevención de enfermedades
transmitidas por alimentos, promoción de hábitos y
estilos de vida saludables (prevención de la exposición
a humo de tabaco), de prácticas deportivas organizadas, de
actividad física y evitación del sedentarismo y el uso
prolongado de televisión, computadores y otras pantallas;
promoción de la salud mental, de prevención de
accidentes (incluyendo accidentes de tránsito en calidad de
pasajero o de peatón), de cuidado del oído y la visión,
hábitos de higiene personal y de higiene bucal, alertas
tempranas de las pérdidas auditivas, conductas protectoras
manifestaciones de las perdidas auditivas e importancia de la
valoración audiológica y de tamizaje auditivo. Además,
se debe informar sobre las normas de control y manejo del ruido para
el mantenimiento los ambientes tranquilos que propicien una audición
segura. Del mismo, se debe informar sobre signos de alarma para
enfermedades prevalentes de la infancia (asma) y educar para
consultar a urgencias en los casos necesarios. Se debe incluir
información sobre derechos de los niños, derecho a la
salud, y mecanismos de exigibilidad de los mismos.
En caso de no lograr garantizar una
adecuada actividad educativa o de no resolver las necesidades
educativas en el marco de la presente consulta, se debe asignar una
consulta individual de educación para la salud por
profesionales de la salud.
Plan
de cuidado
La definición del plan de cuidado
debe hacerse conforme a los hallazgos o las necesidades para promover
y mantener la salud integral del niño o la niña, así
como las medidas para promover el desarrollo integral en la infancia.
Si de acuerdo a los hallazgos el médico
identifica una patología, signo o síntoma que no ha
sido diagnosticado anteriormente, esta consulta tendrá doble
finalidad, es decir que para el registro y seguimiento corresponde a
una consulta de valoración integral y detección
temprana con un diagnóstico relacionado.
Si de acuerdo a los hallazgos o a las
necesidades se requiere de una valoración diagnóstica
con mayor profundidad de la salud integral del niño o la niña,
se debe remitir directamente a consulta de pediatría sin pasar
previamente por medicina general, lo cual ha sido reconocido en el
Artículo 97 de la Resolución 6408 de 2016 o de la norma
que la sustituya.
Como parte del Plan de cuidado se debe
verificar que la persona accedió a las siguientes atenciones
que hacen parte del mismo de acuerdo
a lo contemplado en el esquema de atención,
o en caso contrario ordenar o canalizar para su realización:
Consulta por odontología
Hemoglobina y Hematocrito: Niñas
entre 10 y 13 años: una vez en el período. Para lo
cual se sugiere que se realicen de forma previa a la consulta en la
cual se examinarán.
Vacunación: debe realizarse de
acuerdo con el esquema de vacunación vigente y el antecedente
vacunal.
Educación grupal para la salud
incluye a la familia de acuerdo al ciclo contemplado según la
edad.
Adicionalmente, en función de los
hallazgos, necesidades e inquietudes y capacidades a fortalecer para
el cuidado y desarrollo integral de los niños(as) por parte de
los padres y/o cuidadores, se deberá indicar la realización
de educación individual para la salud e incluirla en el plan
integral de cuidado. Los siguientes son criterios que podrían
sugerir la necesidad de sesiones de educación individual para
la salud:
Niños en quienes
se identifican problemas de higiene corporal u oral.
Niños con
hábitos o rutinas (o falta de estas) que están
generando alteraciones o problemas con la alimentación, la
nutrición, el sueño, el estudio, la eliminación,
la actividad física, etc.
Niños con
problemas de comportamiento o de rendimiento escolar cuyos padres o
familiares no saben cómo proceder.
Niños con
experiencia de consumo de cigarrillo, alcohol o de otras sustancias
psicoactivas, o alto riesgo de consumirlas.
Padres, familiares o
cuidadores que consumen tabaco
Padres o familiares que
tienen problemas (referidos o identificados) para la crianza del
niño.
Padres o familiares con
patrones de crianza nocivos (creencias, actitudes o prácticas)
que no tienen en cuenta el grado o las características de
desarrollo de los niños y están generando daño
o tienen alto riesgo de producirlo.
Padres o familiares que
no cuentan con los conocimientos necesarios o no se sienten
preparados para acompañar a los niños en su transición
a la adolescencia pese a la información recibida en la
consulta y la educación grupal.
Padres o familiares que
requieran claridad sobre su responsabilidad en el cuidado, en el
acompañamiento y/o la protección del niño.
Padres o familiares que
requieran claridad sobre estrategias de afrontamiento de sucesos
vitales.
Niños y/o
familiares que requieran implementar medidas para garantizar
entornos seguros y protectores.
Niños y/o
familiares que requieran mayor conocimiento sobre desarrollo
psicosexual y/o derechos sexuales y reproductivos.
Niños y/o
familiares con mala adherencia a tratamientos, seguimientos o
manejos crónicos.
Asi
mismo, en función de los hallazgos y necesidades como parte
del plan de cuidado debe realizase la canalización a:
Educación para la salud de la
familia cuando se estime que por las diversas situaciones de los
integrantes de la familia en vez de una sesión de educación
individual por momento es pertinente realizarla con la familia como
sujeto de atención.
Consulta de abordaje básico a las
familias priorizadas de acuerdo a los criterios contemplados en la
consulta de reconocimiento y valoración de la familia.
Rutas específicas o tratamientos
resolutivos en el caso riesgos, daños o alteraciones que
correspondan a alguna de éstas. En caso de recibir atenciones
en las rutas específicas o tratamientos resolutivos, debe
verificarse su adherencia y promover la misma, así como
continuar con las atenciones establecidas en la RIAPMS.
Intervenciones del PIC de acuerdo a la
oferta territorial.
Servicios sociales de acuerdo a la oferta
territorial. Es relevante por ejemplo para los servicios de
educación en niños desescolarizados, apoyo
alimentario, transferencias monetarias condicionadas, prevención
y atención del trabajo infantil entre otros.
Instrumentos,
insumos y dispositivos
Sin perjuicio del cumplimiento de los
estándares de habilitación para la consulta de
pediatría, medicina general, medicina familiar o enfermería,
se debe contar con lo siguiente: carné de salud infantil,
tablas y gráficas de los patrones de referencia para
clasificación nutricional, cuestionarios RQC, test de Estadios
Tanner lista de chequeo de factores de riesgo para la salud auditiva,
cuestionario VALE, Test de la figura humana de Harris para déficit
cognitivo, familiograma, APGAR familiar, ecomapa, tablas de
percentiles de tensión arterial para niños y para
niñas. Así mismo, se debe garantizar la presencia de
materiales para examen físico pediátrico (fonendoscopio
equipo de órganos, tensiómetro pediátrico, cinta
métrica, pulsoxímetro etc.), báscula y
tallímetro.
ATENCIÓN
EN SALUD POR MEDICINA GENERAL O FAMILIAR Y ENFERMERIA PARA LA
ADOLESCENCIA
Objetivos
Valorar y hacer seguimiento de la salud y
desarrollo integral y multidimensional (físico, cognitivo,
social) de los adolescentes.
Identificar tempranamente la exposición
a factores de riesgo con el fin de prevenirlos o derivarlos para su
manejo oportuno.
Detectar de forma temprana alteraciones
que afecten negativamente la salud y el proceso de crecimiento y
desarrollo, con el fin de referirlas para su manejo oportuno.
Potenciar las capacidades físicas,
cognitivas y psicosociales que le permitan al/la adolescente
alcanzar los resultados en su desarrollo.
Potenciar capacidades, habilidades y
prácticas para promover el cuidado de la salud y fortalecer
el desarrollo de adolescentes, mediante la información en
salud con padres y/o cuidadores.
Derivar a sesiones educativas individuales
o grupales de acuerdo a los hallazgos en la valoración a fin
de potenciar o desarrollar capacidades para el cuidado de la salud
de los adolescentes.
Población
sujeto
Este procedimiento está dirigido a
todos los adolescentes de 12 a 17 años, 11 meses y 29 días
que habitan en el territorio nacional.
Atenciones
incluidas
Este procedimiento aborda las siguientes
intervenciones o atenciones contempladas en la RPMS para el momento
de la adolescencia:
Valorar el crecimiento y desarrollo
(físico, motriz, cognitivo y socioemocional).
Valorar el desarrollo de la autonomía
Valorar el estado nutricional y
antropométrico.
Valorar las prácticas alimentarias.
Valorar las estructuras
dento-maxilo-faciales y su funcionalidad.
Valorar la salud auditiva y comunicativa.
Valorar la salud visual.
Valorar la maduración salud sexual.
Valorar la salud mental.
Valorar la dinámica familiar como
apoyo al desarrollo integral.
Valorar el contexto social y las redes de
apoyo social y comunitario.
Verificar esquema de vacunación.
Verificar u ordenar la desparasitación
intestinal.
Información en salud a las niñas
o niños, a sus familias o cuidadores.
Competencias
del talento humano
Esta atención se realizará a
través de una consulta por profesionales en medicina general,
medicina familiar o enfermería de acuerdo a lo contemplado en
el esquema de atención. La valoración integral de la
salud en la adolescencia debe ser realizada de forma complementaria
entre los profesionales de medicina general o familiar y de
enfermería, el profesional de enfermería podrá
ordenar los medicamentos y los exámenes paraclínicos
definidos en el presente procedimiento.
Así mismo, se requiere que estos
perfiles profesionales desarrollen las competencias para valorar
integralmente los procesos de aprendizaje y desarrollo de los
adolescentes, habilidades de comunicación efectiva y sepan
abordar las situaciones frecuentes en este momento vital como:
ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, sospecha de
embarazo, anticoncepción, ITS-VIH-SIDA, maltrato y abuso,
salud mental-prevención del suicidio, prevención
consumo de alcohol, prevención del consumo de tabaco y
cesación del consumo de tabaco y drogas, aspectos bioéticos
y legales en la atención de adolescentes, manejo para la
intervención de grupos específicos en situación
de vulnerabilidad (diversidad sexual, discapacidad, indígenas,
migrantes, infractores de ley), para el trabajo comunitario y
educación en salud, para el fortalecimiento del liderazgo y
participación juvenil, entre otros.
Descripción
del procedimiento
Este procedimiento debe realizarse en un
ambiente que garantice privacidad, libre de prejuicios y no
discriminatoria, Los datos suministrados pueden provenir del/l
adolescente, su madre/padre y de la interacción entre ambos,
por lo cual se requiere prestar suficiente atención a todas
las fuentes.
Si el adolescente viene con su madre/padre
debe informarle que la primera parte de la consulta se realizará
a solas con el/la adolescente y tendrán un espacio conjunto en
la segunda parte de la consulta. Preferiblemente la primera parte
debe ser a solas con el adolescente con el fin de demostrar que se
reconoce su autonomía.
Es conveniente que el/la padre/madre estén
presentes durante el examen físico, si así lo desea
el/l adolescente, es oportuno en este momento propiciar su
participación. Las opiniones del padre/madre y las
interacciones entre el/ella con el/la adolescente, permitirán
complementar la información sobre su desarrollo evolutivo, la
comunicación y conflictos familiares, así como apoyar
recomendaciones sobre el cuidado.
A continuación se enuncian los
principales aspectos que se deben realizar durante el procedimiento.
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